Mi estimado Manuel Iris, me encanta tu poema porque denuncia la gran miopía de una generación revolucionaria que sin embargo se solazó en el culto al diferente, al elevado, al distinguido.
Es decir, mucha revolución y mucha igualdad pero el mundo es de nosotros, los diferentes, los dichosos, los bien nacidos (en una acepción diferente pero igualmente excluyente de nobleza).
Hace falta pensar de nuevo tantas cosas. Un abrazo