Otros también levantan la mano
Para Roberto Fernández Retamar
Pero que den paso a los que hacen los mundos y los sueños,
las ilusiones, las sinfonías, las palabras que nos desbaratan
y nos construyen, los más locos que sus madres, los más borrachos
que sus padres y más delincuentes que sus hijos
y más devorados por amores calcinantes.
Que les dejen su sitio en el infierno, y basta.
Roberto Fernández Retamar, Felices los normales
…pero también hay que pedir un sitio
para otros
los que no hacen ilusiones ni las sinfonías
los que no tienen sueños
los insignificantes
los que han amado hasta la empuñadura
porque no entienden otra forma del amor
los que rechazan un café que no pueden pagar
y salen de los sitios vestidos de tristeza
y no tienen zapatos
los que andan bajo lluvia
sin el prestigio de escribir palabras que nos desbaraten
los que reparten pan
los que se quedan siempre
los que no saben llorar y que sonríen
los que no tienen nombre
o cuyo nombre no interesa
porque nunca han intentado que se lo aprenda nadie
los que no han hecho más revolución que amar
y ser decepcionados rutinariamente
los que jamás se rinden
los que no se han afiliado con ningún partido
los que no importan nada
los anónimos
los mínimos
los transparentes
los que no llaman “normales” a los otros
y que tampoco entienden
la felicidad.
1 Responses to “Otros también levantan la mano”
Mi estimado Manuel Iris, me encanta tu poema porque denuncia la gran miopía de una generación revolucionaria que sin embargo se solazó en el culto al diferente, al elevado, al distinguido.
Es decir, mucha revolución y mucha igualdad pero el mundo es de nosotros, los diferentes, los dichosos, los bien nacidos (en una acepción diferente pero igualmente excluyente de nobleza).
Hace falta pensar de nuevo tantas cosas. Un abrazo